Como ya decía en el post anterior, los episodios van y vienen. Pues me he olvidado de uno de ellos, quizás de los más emotivos: La segunda o tercera noche, no recuerdo con exactitud, después de la primera consulta, presa de la desesperación y del sufrimiento, marqué el teléfono de mis padres entre lágrimas. Fue como un S.O.S, sin saber qué decir, nada más que llorar ante el desconcierto de mis padres, hasta que mi "otro lado de la cama" cogió el auricular para tranquilizarles y explicarles lo que había sucedido esos últimos días.
Ahora también se me caen las lágrimas al recordarlo por la gratuidad de la preocupación paterna, pero, en aquel momento, actué buscando una nueva vía de escape, un flotador al que agarrarme para poder seguir en la superficie.
"... when it's all too much... you need some human touch... to see that it's really not so bad... Can you see through your tears... I will always be here... and you're not out there all alone... hold on... till you feel a little stronger... hold on to me... hold on... everything's gonna be alright... just hold on to me tonight...." ("Hold on" de Jamie Walters)
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