Antes de seguir adentrádome en las entrañas de mi enfermedad, sólo quiero decir lo difícil que resulta plasmar por escrito lo que siento a cada segundo que pasa mientras me encuentro inmerso en la misma.
Me gustaría poder hacer un esquema de lo que pasa por mi mente en los momentos más duros, en esos momentos donde la enfermedad me embarga el alma y no puedo contener los pensamientos corriendo entre mis neuronas, para dar una idea aproximada de la lucha que se desata en mi fuero interno.
Ni siquiera en esas horas es sencillo explicarle al psiquiatra con palabras lo que vivo, pero sí pronunciar lo que siento y que siempre se resume en: "No lo aguanto más".
Es como tener un bicho en el coco, devorándote en carne viva.
Es como si ese bicho dirigiese todas mis acciones, todas mis ideas sin poder hacer nada por dominarlo.
Es como si ese bicho fuese David contra Goliat. Y siempre, siempre el efecto de su honda acaba ganando el duelo por goleada.
A veces, no sé cómo describir las sensaciones que tengo. Sólo sé que siento un malestar general, pero no puedo detallar los síntomas como en una gripe: fiebre, dolor de garganta, tos seca, cefalea, etc.
Lo único que hago es llorar de impotencia, apretar los puños hasta el dolor, perder la mirada en el blanco del techo, patalear como un bebé, retorcerme de sufrimiento, mientras no hallo explicación que darle a mi "otro lado de la cama" de cómo aliviar esos momentos.
Sé que quienes están al lado de una persona con depresión sufren tanto o quizás más que el propio enfermo ante la impotencia que sienten por no poder hacer más que estar a su lado para evitar cualquier perjuicio en la integridad física de éste y apoyarle con firmeza durante y después de su tratamiento médico.
Quizás allá momentos en que pienses que lo que lees, lo has sentido alguna vez, pero no sé cómo transmitirte la crudeza con que vivo eso, signo inequívoco del abismo que hay entre unas experiencias y otras.
"... Así es la ley, hay un ángel hecho para mí... Y te fallé, te hice daño tantos años yo... Pase por todo sin pisar, te amé sin casi amar... y al final quien me salvo el ángel que quiero yo... De nuevo tú te cuelas en mis huesos, dejándome tu beso junto al corazón... y otra vez tú, abriéndome tus alas, me sacas de las malas rachas de dolor... Cuando estoy fatal, ya no sé qué hacer ni a dónde ir... Me fijo en tí y te siento cerca, pensando en mí... Mi vida cambió... el ángel que quiero yo"... ("Angel" de Robbie Williams -versión en español-)
1 comentario:
hola, mi novia es una persona depresiva entro en una crisis emocional hace poco y no quiere ir a psiquiatra por que no quiere que la mediquen y esta intentando salir de esto sola, inclusio me pidio un tiempo para estabilzar sus emociones,, ella dice que me quiere y mucho, pero q necesita su espacio para mejorarse, tu crees que pueda volver a estar con ella? yo la quiero y quiero apoyar... pero estando lejos no puedo,,, no se que hacer.... agradeceria un par de consejos tuyos
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