MÁS QUE UNA ENFERMEDAD

A primera vista no me ocurre nada. No tengo dolores, ni fiebre. Sólo me sucede que vivo minutos eternos de lamento, segundos imborrables de lágrimas, horas llenas de rabia. Preguntas sin respuesta. Deseos de huir, noches sin dormir, ganas de rendirme, sensación de suciedad, desesperación, esclavitudes mentales.

Es duro aceptar la realidad, ver que las cosas no son como espero, que todo mi mundo se derrumba en un instante y, en ese instante, me siento tan frío como una piedra. No es sencillo vivir así, vivir con lágrimas en los ojos, con miedos constantes, con gritos ahogados, con angustia. Eso no es vivir, pero siempre hallo consuelo pensando que la vida continúa, que puedo tener fe en mí y ser capaz de derretir ese bloque de hielo, aunque luego ni me queden fuerzas para intentarlo.

Todos hemos llorado, todos hemos sentido miedo, hemos reído de felicidad, nos hemos enamorado, hemos perdido ilusiones y hemos ganado batallas. También hemos experimentado el dolor por estar solo.

Supongo que estas primeras palabras lo resumen todo. ¿Quién no se ha sentido alguna vez así?, ¿quién no ha pasado por ello? Yo he atravesado por todas esas sensaciones en demasiada profundidad y creo que aún sigo atravesando.

Más allá de estas tristezas y penas, hay estados de ánimo que se prolongan y profundizan el descenso del tono del humor, ponen en riesgo la salud y hasta la vida de quien los padece.

Son miles los detalles que me han conducido a esta situación. Granito a granito se fue construyendo una montaña que, al final, pudo conmigo. A esa montaña le puso nombre y apellidos un especialista médico: depresión.

Incontables han sido las veces que he dicho: “Prefería cualquier otra enfermedad antes que ésta”.

Muchos son los especialistas médicos que señalan que esa frase permite valorar la magnitud del tormento de la persona deprimida.

La depresión afecta a personas de todos los colores, razas, posición económica y edad. No hay duda alguna, soy parte de esas personas, aunque parezca vivir en circunstancias relativamente ideales.

Esta es mi historia y quizás existan muchas iguales, pero sólo los que la vivimos, sabemos cómo se escribe, por mucho que consultes libros o páginas web.

La mía aquí te la escribiré.


sábado, 29 de diciembre de 2007

Deseos para 2008


La cuenta atrás ya ha comenzado.

Se acerca el Nuevo Año y como cada uno que llega, venimos cargados de buenos propósitos, de ilusiones renovadas, de promesas por cumplir.

¿Cuáles son mis deseos para este 2008? Pues, sinceramente, lo que más anhelo es aquello que no se puede comprar:



- Comprensión, tanto de mí para con los demás como viceversa. Por ello, deseo que me comprendan en los momentos en que mis pies siguen el ritmo de la tristeza y el sufrimiento.

- Lealtad con mi familia, mis amigos, con quienes han sabido respetar lo que soy y cómo soy. Por ello, deseo que el calor de sus corazones me sirva siempre como mi mejor refugio.

- Serenidad para las horas de mayor tormento. Por ello, deseo que quienes me rodean sepan tender sus brazos para calmarme en plena tempestad.

- Esperanza con la que mis seres más queridos puedan ayudarme a alcanzar mis objetivos. Por ello, deseo que sus manos me agarren, cuando me sientan desfallecer ante cualquier dificultad, en la búsqueda de esa meta ansiada.

- Oportunidades con las que crear recuerdos de cada experiencia vivida en compañía de mi familia y amistades. Por ello, deseo que existan tantas como segundos tiene este Nuevo Año para disfrutar al lado de todos ellos.

- Sonrisas con las que secar mis propias lágrimas de desolación. Por ello, deseo que la magia, que se desprende del brillo de la de cada uno de mis "tesoros", me reconforte en este duro camino hacia la libertad.

- Entusiasmo con el que construir nuevos proyectos. Por ello, deseo que mi familia y amigos me transmitan el aliento de sus palabras para poder ir cimentando esos pilares en los que apoyar esos objetivos.

-Tolerancia con la que aprender a superar esta rigidez y apatía. Por ello, deseo que mis seres queridos me enseñen a aceptar otras perspectivas de la vida.

- Amor con el que seguir siendo bendecido. Por ello, deseo que cada uno de sus latidos me transmita su más sincero cariño y aprecio.

- Inspiración con la que enfrentarme a cada nuevo reto. Por ello, deseo seguir brindando con esa capacidad para hallar la luz en medio de la oscuridad.

- Generosidad con la que regalar a mi familia y mis amigos todos los momentos posibles para compartir. Por ello, deseo que, por encima de cualquier compromiso, mi simple presencia sirva para agradecer tanto a mis seres queridos.

- Respeto con el que tratar a mi propia persona. Por ello, deseo que mi mente y corazón sean capaces de hacerme merecedor de tal regalo.

Feliz Año 2008 y que nos traiga la suficiente sabiduría con la que apreciar el don de nuestras vidas.



"... and I know the end is near... so I face the final curtain... my friend, I'll say it clear.. I'll state my case of which I'm certain... I've lived a life that's full. I've travelled each and every highway... and more, much more thant this.. I did it my way... I've loved, I've laughed and cried... I've had my fails, my share is boozing... and now as tears subside... I find it all so amusing... to think I did all that... and may I say, not in a shy way... Oh, no, no not me.. I did it my way..." (My way" de Frank Sinatra)

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