MÁS QUE UNA ENFERMEDAD

A primera vista no me ocurre nada. No tengo dolores, ni fiebre. Sólo me sucede que vivo minutos eternos de lamento, segundos imborrables de lágrimas, horas llenas de rabia. Preguntas sin respuesta. Deseos de huir, noches sin dormir, ganas de rendirme, sensación de suciedad, desesperación, esclavitudes mentales.

Es duro aceptar la realidad, ver que las cosas no son como espero, que todo mi mundo se derrumba en un instante y, en ese instante, me siento tan frío como una piedra. No es sencillo vivir así, vivir con lágrimas en los ojos, con miedos constantes, con gritos ahogados, con angustia. Eso no es vivir, pero siempre hallo consuelo pensando que la vida continúa, que puedo tener fe en mí y ser capaz de derretir ese bloque de hielo, aunque luego ni me queden fuerzas para intentarlo.

Todos hemos llorado, todos hemos sentido miedo, hemos reído de felicidad, nos hemos enamorado, hemos perdido ilusiones y hemos ganado batallas. También hemos experimentado el dolor por estar solo.

Supongo que estas primeras palabras lo resumen todo. ¿Quién no se ha sentido alguna vez así?, ¿quién no ha pasado por ello? Yo he atravesado por todas esas sensaciones en demasiada profundidad y creo que aún sigo atravesando.

Más allá de estas tristezas y penas, hay estados de ánimo que se prolongan y profundizan el descenso del tono del humor, ponen en riesgo la salud y hasta la vida de quien los padece.

Son miles los detalles que me han conducido a esta situación. Granito a granito se fue construyendo una montaña que, al final, pudo conmigo. A esa montaña le puso nombre y apellidos un especialista médico: depresión.

Incontables han sido las veces que he dicho: “Prefería cualquier otra enfermedad antes que ésta”.

Muchos son los especialistas médicos que señalan que esa frase permite valorar la magnitud del tormento de la persona deprimida.

La depresión afecta a personas de todos los colores, razas, posición económica y edad. No hay duda alguna, soy parte de esas personas, aunque parezca vivir en circunstancias relativamente ideales.

Esta es mi historia y quizás existan muchas iguales, pero sólo los que la vivimos, sabemos cómo se escribe, por mucho que consultes libros o páginas web.

La mía aquí te la escribiré.


domingo, 22 de marzo de 2009

"La última lección" de Randy Pausch

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. Por tanto, lejos de aburriros con un largo texto, prefiero dejaros este vídeo sobre la conferencia titulada "Alcanzar realmente tus sueños de la infancia", la cual fue impartida por el profesor Randy Pausch el 18 de septiembre de 2007 a modo de su testamento intelectual.

Se trata de su última conferencia, ya que los médicos habían confirmado que su cáncer de páncreas era incurable.






Sus reflexiones y su propio coraje han quedado inmortalizados no sólo en el vídeo de la conferencia, sino en el libro "La última lección", lectura más que recomendable por lo enriquecedora para el propio desarrollo personal a la hora de afrontar cualquier reto.

Randy Pausch falleció el día 25 de julio de 2008.

Sirva este pequeño post para difundir su mensaje, así como guía de motivación para todos aquellos que debemos aprender a salvar los envites de la vida.

"Experiencia es lo que obtienes, cuando no obtienes lo que quieres" (Randy Paucsh)